domingo, 11 de diciembre de 2011

Condena a Power Balance (y III)

(Continuación) Como pueden ver en todas partes cuecen habas. Y en algunas, decía mi abuela, a calderadas. Algo ya sabido y advertido por el clásico, cuando le hace decir a don Luis aquello de:

Yo a las cabañas bajé,
 yo a los palacios subí,
 yo los claustros escalé
 y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.

Don Juan, don Juan. Qué largo me lo fiáis.

Productos milagreros
Les decía que la lista de colaboradores “pillados” en el fraude económico era larga, bastante larga. 

Casi tanto como la de los productos milagreros, algunos de los cuales ya han sido enrocados.

Sin ánimo de agotar el tema nos encontramos con: Alkolator, que dice reducir los efectos del alcohol y la resaca; las bayas de Goji, con supuestas propiedades beneficiosas para el organismo; o el collar cuántico Q-Link, que es tres cuarto de lo mismo pero en física moderna; o las cápsulas Nutra Life para derretir grasas en tiempo record.

Pasando por la Homeopatía, ya saben el agüita curadora; la Urinoterapia, o la conquista de la salud por la ingesta de la propia orina; el Diet ring, que como su propio nombre indica es un anillo que adelgaza; o las pinzas anti-dolor Lasvi, lasvi de “Las vi en la farmacia”. Qué peligro.

Si olvidarnos de las pastillas Bio-Night o adelgace mientras duerme; el magnético poder de los imanes magnéticos; las pulseras metálicas Rayma, primas hermanas de las Balance; y el Efecto Mozart, o el incierto poder de la música.

Bueno. No les canso más. Ya ven por dónde voy. Todos, todos, todos sin excepción son un timo.

Por favor no tiren su dinero comprándolos. No enriquezcan a unos ganapanes que abusan de su necesidad, buena fe e ignorancia.

Estos productos no tienen nada de milagrosos. Confíen en lo que les digo. Los milagros no existen. No crean en ellos.

Como mucho, si ya no pueden hacer otra cosa, entonces, confíen en que se produzcan.


1 comentario :

un seguidor dijo...

¡Ay! mi don Juan.