miércoles, 17 de noviembre de 2010

Acerca de "Historia del tiempo"

Los médicos que hace cuarenta y siete (47) años, en 1963, tuvieron que decirle al joven de 21 años y de nombre Stephen, que le quedaban pocos meses de vida, debido a la brutal enfermedad que padecía, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), poco podían imaginar lo muy equivocados que estaban.

Y mucho menos sospechar que, pasados unos años, en 1988, ese joven sería conocido y reconocido sólo con su apellido Hawking.

Que ése es el apellido del joven, hoy por suerte un adulto que ya no cumplirá los setenta, y que se ha convertido en el científico más reconocido y famoso del mundo.

Sólo con decir Hawking basta. Como los grandes: Leonardo, Galileo, Newton, Maxwell, Einstein, etcétera.

Por no entrar en detalle, y para que se hagan una idea de la enorme fama y popularidad de Stephen Hawking, bástele saber que ya hace años que salió como personaje invitado en Los Simpson. O sea. Que no les digo más.

Ningún científico desde Albert Einstein (1879-1955) había cautivado al mundo como lo ha hecho este físico inglés setentón.

Una comunión entre sociedad y ciencia que auspició, sobre todo, la publicación de su libro ‘Historia del tiempo’.

Y donde Hawking expresa, tanto el profundo respeto que siente cuando mira al Espacio (así con mayúscula), como la inmediata e irreprimible curiosidad que se le despierta por saber todo lo que ocurre allí arriba.

Y también, porqué no decirlo, lo mucho que le cuesta afirmar que Dios no existe.

Ya les dije en el programa anterior que su lectura puede resultar erizante para algunos, pero que él no es ateo. Aunque lo cierto es que su pensamiento al respecto ha ido evolucionando.

En la fecha de publicación del libro sugería que no encontraba incompatibilidad entre la existencia de un Dios creador y la comprensión científica del universo.

Pensaba que si se llegara a descubrir una teoría completa, sería el triunfo definitivo de la razón humana, porque entonces podríamos conocer la mente de Dios.

Hawking aventura que la llamada teoría-M, una propuesta que unifica las distintas teorías de las supercuerdas, conseguirá ese objetivo. Se trata de la teoría unificada con la que soñaba Einstein y murió sin conseguir.

Para Hawking el hecho de que nosotros, los seres humanos, que somos tan sólo conjuntos de partículas fundamentales de la naturaleza, estemos ya tan cerca de comprender las leyes que nos gobiernan y rigen el universo es todo un triunfo.

Por si no ha leído aún el libro, les dejo con unas líneas del mismo.

La intención, claro, no es otra que la de que reflexionen y extraigan sus propias conclusiones. Sin intermediarios. Dice así:

“Según la Teoría General de la Relatividad, ha habido en el pasado un estado de densidad infinita, el Big Bang, que habría constituido un inicio efectivo del tiempo.

De igual modo, si el conjunto del Universo se volviera a colapsar, debería haber otro estado de densidad infinita en el futuro, el Big Crunch, que sería un final del tiempo.

Incluso si el conjunto del Universo no se volviera a colapsar, habría singularidades en las regiones localizadas cuyo colapso ha formado agujeros negros y que supondría el final del tiempo para cualquiera que cayera en ellos.

En el Big Bang y otras singularidades, todas las leyes habrían dejado de ser válidas, y Dios todavía habría tenido libertad completa para escoger lo que ocurrió y cómo empezó el Universo.

Al combinar la mecánica cuántica con la relatividad general, parece surgir una nueva posibilidad que no cabía anteriormente: que el espacio y el tiempo puedan formar conjuntamente un espacio cuadridimensional finito sin singularidades ni fronteras, como la superficie de la tierra pero con más dimensiones.

Parece que esta idea podría explicar muchas de las características observadas del universo, como su uniformidad a gran escala y también las separaciones de la homogeneidad a menor escala, como galaxias, estrellas e incluso los seres humanos.


Pero si el universo estuviera completamente autocontenido, sin singularidades ni fronteras, y fuera completamente descrito por una teoría unificada, ello tendría profundas implicaciones para el papel de Dios como Creador.

Einstein se preguntó en cierta ocasión: “¿Qué posibilidades de elección tuvo Dios al construir el universo?”.

Si la propuesta de ausencia de fronteras es correcta, Dios no tuvo libertad alguna para escoger las condiciones iniciales, aunque habría tenido, claro está, la libertad de escoger las leyes que rigen el Universo.

Esto, sin embargo, podría no haber constituido en realidad una verdadera elección: bien podría ser que hubiera una sola o un número pequeño de teorías unificadas completas, como la teoría de cuerdas, que sean autocoherentes y permitan la existencia de estructuras tan complejas como los seres humanos, que pueden investigar las leyes del Universo y preguntarse por la naturaleza de Dios”.


Ustedes mismos.


1 comentario :

jorge dijo...

qUE LE PARECE EL NUEVO LIBRO DE HAWKING? pODRÍA HACER UNA RESEÑA?

eNHORABUENA POR SU BLOG