domingo, 30 de marzo de 2008

Científicas con Premio Nobel

Nacieron en el siglo adecuado y vivieron los años necesarios. Dos circunstancias que unidas a sus indudables méritos científicos, las hicieron acreedoras del laureado galardón.

En sus casos, ni el parentesco sanguíneo o político, ni la jerarquía profesional o académica, ni las costumbres sociales se lo pudieron arrebatar.

Nunca seas sólo una mujer, dijo alguien.

sábado, 29 de marzo de 2008

Corriendo sobre el agua (y II)

(Continuación) Todo el proceso de la carrera exige que el rozamiento de las patas con el agua sea mínimo. Algo que es factible merced a las cavidades de aire que crean las patas y a la rapidez con las que el animal las mueve. Si las burbujas de aire se llegaran a cerrar sobre sus pies, éstos perderían todo su poder de sustentación, y el animal se hundiría. Por eso ha de ser lo suficientemente ágil como para sacarlo antes de que ocurra. Lo consigue plegando las membranas, cerrando los dedos y extrayendo el pie a través de la burbuja. Y todo esto antes de que ésta se cierre. De modo que, en ningún instante, “se mojan” los pies. Es una sensación falsa la que dan algunas filmaciones, sobre todo de los adultos. No se hunden en el agua los pies del basilisco, sino las burbujas de aire.
Más física para el basilisco
Hay un detalle anatómico no comentado al principio, que produce un efecto fundamental en la mecánica de la carrera. Se trata de la cola, que lleva extendida hacia atrás todo el tiempo, y con la que mantiene el equilibrio. Se trata de un efecto estático.
Se calcula que de este modo, los adultos ejercen sobre el agua una fuerza del orden del 110% de la necesaria para poder correr sobre ella. Lo justo para no tener problemas. Por contra las crías, con menor masa, consiguen casi el 225%. Una explicación de porqué los primeros sólo recurren al “paseo acuático” en situaciones decididamente comprometidas, mientras que las segundas utilizan este modo de locomoción casi habitualmente. Es la economía de la Naturaleza.
Lagarto de Jesucristo
Por esta curiosa habilidad, en algunas regiones, es conocido como “Lagarto de Jesucristo”, recordando el pasaje bíblico de Mateo 14:22-34 que, no hay ni que decirlo, se trata del relato de un milagro. Un hecho sobrenatural que escapa a la posibilidad de una explicación humana y por tanto natural.
Un ser humano que pretendiera emular al basilisco, debería correr sobre las aguas a 30 m/s, o lo que es lo mismo 108 km/h, muy lejos de los 12 km/h del lagarto. Una velocidad que exigiría un aporte energético 1500 veces mayor, que el que la musculatura humana puede desarrollar de forma sostenida. Algo que se puede determinar por la Ley cuadrado-cúbica, enunciada en 1600 por Galileo Galilei. De hecho, sólo este animal entre los vertebrados es capaz de desplazarse de este modo, en esta interfase aire-agua. Hay algunas aves palmípedas que tienen una carrera de despegue “sobre la superficie” parecida, pero no igual, y el mecanismo físico explicativo es también algo diferente.
Basilisco mitológico
Hay otra clase de basilisco. Pero no vive en este mundo. Es una criatura de la mitología griega parecida a un reptil, si bien su anatomía y poderes cambian con cada cultura. Ya Plinio el Viejo lo describía como una culebrilla “cuyo potente veneno hace marchitarse las plantas y su mirada es tan virulenta que mata a los hombres”. En el siglo VIII, se pensaba que era una serpiente con cuernos en la cabeza en forma de corona, basilisco significa “pequeño rey”.
Con posterioridad, en la Baja Edad Media, pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente. Aunque hay variantes anatómicas. Lo que sí se mantiene es lo de la mirada. Todo aquel que lo mirara a los ojos, moriría. Pero si el basilisco se veía reflejado, por ejemplo, en un espejo, entonces era él el que se moría; se mataba a sí mismo. Si nosotros lo veíamos en el espejo, entonces, sólo quedábamos petrificados ¿Raro verdad?
Los seres humanos somos así, desde nuestros orígenes. Nos hemos inventado historias para poder explicar lo que no entendemos. Con el tiempo y el boca-oreja las historias se han vuelto leyendas y, algunas, han terminado siendo mitos. Aunque eso ya no ocurre. Pero claro, no siempre la ciencia ha estado a mano.

jueves, 27 de marzo de 2008

Todo por la ciencia

En 1967, en la Universidad de Yale, se llevó a cabo uno de los dos experimentos más controvertidos de la sicología social.

Con el pretexto de una investigación científica muy importante para la humanidad, se pidió a un grupo de estudiantes -del que se habían descartado individuos que apuntaran rasgos de crueldad o instintos sádicos- que provocasen descargas eléctricas sobre un sujeto.

Por supuesto éstas no eran reales. El paciente fingía sufrirlas.

Si bien los que la aplicaban no lo sabían y pensaban que estas sobredosis eléctricas eran reales.

En la investigación se partía de dos hipótesis. Una. Que nadie se prestaría a ello, a pesar de lo benéfico de los resultados; es decir una obediencia cero.

Dos. Que en el peor de los casos, nadie superaría un voltaje de 130 V (en casa tenemos 220 V).

Los resultados, desoladores. Conminados con frases como “continúe por favor”, “el experimento requiere que continúe”, “es absolutamente esencial que continúe” y, por último, “no tiene elección, debe continuar”, el 62,5% de los participantes obedeció todas las órdenes.

Es más, llegaron a proporcionar descargas de hasta 450 V. A pesar de que a partir de los 300 V, los pacientes-victimas tenían órdenes de fingirse muertos, de no dar señales de seguir con vida.

Terrible. Y no ha sido el único experimento de este tipo.

Sin embargo hay un dato alentador. Según el sociólogo S. Milgram, responsable de la investigación, hubo personas que se negaron desde el primer momento. Esperanzadora humanidad.

Mujer y Ciencia (y II)

(Continuación). En 1967, Susan J. Bell, ayudante en aquel entonces del radioastrónomo A. Hewish descubrió unos nuevos pulsos procedentes del espacio. Se sucedían a intervalos de cuatro minutos a un tercio de minuto, por lo que no podían ser quasars. Se trataba de los púlsares. Su descubrimiento le valió a Hewish el Premio Nobel en 1974. A él sólo.

El niño reconoce a su madre...

... Por la sonrisa, nos dice el gran Virgilio. En la actualidad, las carreras científicas, cuando se desarrollan a un alto nivel, son muy difíciles de conciliar con la vida familiar y, sobre todo, con la maternidad. Son muchas las investigadoras que se ven en esta disyuntiva maternal, aunque no son pocas las que optan por compatibilizarlas. Una loable decisión que las hace adentrarse en un camino que suele conducirlas a una nueva encrucijada emocional. Al no poderles dedicar todo el tiempo que desearían a sus hijos, desarrollan un complejo de culpabilidad como madres. Les parece que no están haciendo lo adecuado. Curiosamente es un sentimiento que no parecen sentir los científicos al ser padres. Una circunstancia biológica; o será que no sonríen.

Donde hay educación

De manera muy sutil, la sociedad transmite a las niñas una idea muy curiosa. La de que las ciencias, no son para ellas ¿Y por qué es así? Se preguntará. Pues, por eso. Porque son niñas. La introducción a esta educación sexista se inicia en los propios libros de texto, con una más que escasa presencia de científicas en ellos. Frente a multitud de hombres, Newton, Cauchy, Lavoisier, Mendel, etc, apenas se asoman M. Curie, R. Franklin y alguna otra más. Si es que hay suerte. Una invisibilidad femenina que se traduce en el hecho de que las alumnas carezcan de modelos y referentes genéricos. Por lo que no es de extrañar su alejamiento de las ciencias y, por ende, de las carreras universitarias científico-técnicas. Y no es esto lo peor.

A esta carencia de modelos se une la visión sesgada que se transmite de la ciencia, tanto en los textos como por el propio profesorado. Una concepción que le confiere atribuciones concretas: racionalidad, objetividad, frialdad, seguridad, autocontrol. Unas características, como bien sabemos, tradicionalmente asociadas a la manera de ser y hacer masculinas. Muy alejadas de la intuición, subjetividad, dependencia, emotividad, tan ligadas, desde siempre, al ser y hacer femenino. Este pretendido distanciamiento entre la ciencia y el ser y saber hacer femeninos, es un motivo más, académico en este caso, que aleja a las chicas del conocimiento científico.

El feminismo en la Ciencia

Un alejamiento que lleva a privar a la ciencia del potencial intelectual ¡de la mitad de la población! Una injusticia para la mujer y una pérdida para la ciencia. Un hecho sencillamente aberrante. De una mitad que, además, es diferente en algunos aspectos. Seguro que la visión de la ciencia que tienen las mujeres es distinta y complementaria a la del hombre. Y esto es bueno. Nunca la ciencia ha progresado analizando desde un único punto de vista, empleando una sola herramienta, con las ideas de una única persona, o interpretando de una única forma. Jamás. Por eso la historia de la ciencia está escrita con nombres de mujer. Por eso es ciencia.

martes, 25 de marzo de 2008

Mujer y Ciencia (I)

En lo que respecta al binomio que intitula, en el primer decenio del siglo XXI, la situación en Andalucía, España, Europa y el mundo no parece ser muy diferente.

Las mujeres ingresan en la Universidad en mayor proporción que los hombres y, si bien son minoría en algunas disciplinas científicas e ingenierías, su presencia es mayoritaria en las ciencias médicas y biológicas.

viernes, 21 de marzo de 2008

Libro Recomendado 03: ¡Viva la ciencia!

En este libro de Editorial Crítica, los autores nos ofrecen una versión impresa de sus “40 principales de la ciencia”.

La capacidad divulgativa de José Manuel Sánchez Ron y la maestría pictórica de Antonio Mingote, unidas al servicio de la ciencia.

Dibujo y texto. Sensibilidad artística y claridad científica. Ciencias y Artes. Actividades humanas, Humanidades.

Un viaje por las diferentes disciplinas del saber científico que va desde Copérnico a Einstein, pasando por Galileo, Newton, Descartes, Darwin o Pasteur.

Entre ellos una sola mujer Marie Curie, y un español, Santiago Ramón y Cajal. En fin.

José Celestino Mutis (1732-1808)


Con este sello, la F.N.M.T. homenajeaba en 1993 al gran científico gaditano (naturalista, médico, matemático, botánico, astrónomo, filósofo), de quien este año del Señor de 2008 celebramos el 200º aniversario de su muerte. Un hombre que se carteó con Linneo y llegó a conocer a Humboldt y a Bonpland. Los más grandes.

La obra mutisiense, más allá de los logros científicos, constituyó un magisterio intelectual que abrió el mundo de la cultura y, por tanto, de las posibilidades de liberación a numerosos discípulos.

Lo que no fue óbice para que Mutis muriera sin haber visto publicada su obra Flora de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino, cuya primera edición no vio la luz hasta 1954. Como reconocimiento, un poco tardío quizás.

En su época, Humboldt definió a Mutis como “Patriarca de los Botánicos”. Todo un reconocimiento, viniendo de quien viene.

jueves, 20 de marzo de 2008

Corriendo sobre el agua (I)

No puede ser me dirán ustedes. Nadie puede caminar por encima del agua. Ni tampoco correr.

Las leyes científicas que estudian la Naturaleza, no se lo permiten al hombre. No es natural.

Sólo un hombre pudo, mas no era humano, Jesús de Nazaret. El hijo de Dios, el ungido, Jesucristo. Y es sobrenatural.

De acuerdo, tienen razón. Ningún humano puede, aunque hay un animal que sí lo hace. Se trata de un lagarto de la familia de las iguanas y les aseguro que existe, que es natural. Su nombre es basilisco, un animalito que corre que se las pela por encima del agua.

Basilisco común
De aspecto más ágil y esbelto, y por lo general de proporciones más reducidas que las iguanas, habita cerca de los ríos en las selvas tropicales de América Central y del Sur. Se alimenta de insectos, invertebrados y pequeños vertebrados como serpientes, pájaros y peces.

No suele tener más de 200 g de masa y su tamaño, incluida la cola, no supera los 75 cm. De su anatomía quizás destacar dos detalles.

Uno, sus crestas sobre cabeza y torso que tan sólo poseen los machos; se ignora su utilidad ya que no son animales territoriales, ni pelean por las hembras en épocas de apareamiento. Un misterio por ahora.

Otro, sus potentes patas posteriores provistas de unas membranas desplegables, ambas, desproporcionadamente grandes. De este detalle sí se sabe su utilidad.

Es el que le permite escapar corriendo de sus depredadores, cuando están en el agua y se sienten amenazados. No lo hacen nadando en ella, sino corriendo sobre. Y nada menos que a 12 km/h (3,3 m/s), durante unos 20 m y sin hundirse. Increíble, pero cierto. Véanlo si no me creen. Además la ciencia tiene una explicación.



La física de la carrera
Si bien el estudio de su movimiento no es sencillo, el análisis de las filmaciones tomadas a cámara rápida, permite una explicación coherente, y relativamente simple, dentro del marco de la física.

Se hace descomponiendo el fenómeno en tres etapas secuenciadas que podríamos llamar de impulso vertical, efecto remo y minimización de la adherencia del agua. Empecemos.

Cuando el basilisco se ve en peligro inicia su carrera golpeando la superficie del agua con sus patas traseras. Un impulso vertical que, por la Tercera de Newton, le hace experimentar una fuerza hacia arriba que viene a ser ya, un 25% del apoyo que necesita para mantenerse.

Una gran fuerza ascensional originada, de un lado, por sus largas y potentes extremidades y, de otro, por el aumento de la superficie de apoyo que experimenta al expandir las membranas de sus plantas. Unos lóbulos dérmicos que funcionan como aletas y que se enrollan cuando está en tierra firme. Algo parecido a las de las ranas.

A continuación el basilisco se pone a “remar”. Sin remo claro, que para eso ya tiene sus vigorosas y largas patas de ancha planta. En la explicación científica de esta etapa, ya de carrera, hemos de utilizar al menos dos fenómenos físicos.

Uno, la tensión superficial del agua causante de que el impacto sobre ella cree una burbuja de aire que, al introducirse en la masa superficial del agua, desplace sus moléculas originando, por la Tercera de Newton, una fuerza sobre el animal que le hace avanzar. Algo sólo posible por la extrema rapidez del movimiento de sus patas.

El otro, complementario del anterior, la diferencia de presión hidrostática entre la masa de agua situada debajo del pie y el aire de la burbuja. Un incremento de la fuerza que no es causada por el valor de la presión hidrostática ejercida, sino por la diferencia entre las dos fases. Una cuestión de diferencia. (Continuará)

sábado, 15 de marzo de 2008

Barrabás

A nadie escapa lo que de delicada tiene la relación ciencia-religión. Dos malos compañeros de viaje si viajan juntos, ya que son inmiscibles como el agua y el aceite. Justo donde acaba uno empieza la otra.

Les cuento esto porque el dúo ciencia-creencia lo podríamos convertir, en este caso, en trío gracias a la magia del cine. Me explico.

Sólo una vez en la historia del cine se ha filmado un eclipse real como parte de una escena de una película. El eclipse total de Sol se filmó el quince de febrero de 1961 y se pudo observar en Europa.

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Pasatiempos. 06

Tres acertijos químicos de una tacada:

1.- Alquimia en estado puro: Tome el nombre de un elemento químico, quítele su respectivo símbolo y quedará convertido en oro.

2.- El problema de la unicidad química: ¿Cómo demostraría en el laboratorio que 1+1=1?

3.- Comenzando por diez: Encuentre el nombre de un elemento químico que empiece por 10. No es el iodo.

Solución: 1.- Tenemos dos soluciones, cloro y boro; 2.- Si junta un par de gotas de agua el resultado es sólo una; 3.- Xenón

miércoles, 12 de marzo de 2008

Rain man

En la anterior entrega me despedía con algunas de las sorprendentes singularidades de Kim Peek. No son las únicas.

Este señor, además, tiene en su memoria todos los mapas de EEUU, de modo que puede decir exactamente cómo llegar por carretera de una ciudad a otra, o en qué calle girar para ir de un lugar a otro de cualquier ciudad estadounidense.

Lo que se dice un auténtico “GPS humano”.

Como contrapartida, si se le pregunta cuánto son dos más tres, puede contestar que 33 o que 47. Un sabio idiota. Una trágica paradoja.

Como todos ellos, Kim es un ser indefenso frente a un mundo por el que apenas muestran interés. De hecho, es tan escasa su reacción frente a los estímulos externos que, algunos parecen sordos sin serlos.

Una patética indiferencia hacia las personas de las que dependen.

Nacido en un día azul

Hay una sola excepción a esta dependencia, Daniel Tammet.

Un británico sin incapacidades mentales, autor de un libro autobiográfico, ‘Nacido en un día azul: dentro de la extraordinaria mente de un autista’.

Se trata de una persona completamente independiente, que lleva una vida normal, se relaciona razonablemente bien con otras personas y su actual pareja, no es la primera en su vida sentimental. Como casi todos nosotros.

Pero él tiene una especial habilidad con los números, lo que le permite elevar, por ejemplo, 37 a la cuarta potencia y dar el resultado en un instante, o dividir 13 entre 96 y dar más decimales que cualquier calculadora.

Posee el récord europeo de memorización y recitado de decimales del número PI, nada menos que 22 514 dígitos en algo más de cinco horas.

No sé que me llama más la atención: si la capacidad de cálculo, la de memorización o la de recitado. He echado las cuentas y debe decir un dígito cada segundo. Eso es hablar rápido.

También posee una gran facilidad para aprender idiomas. Para muestra un botón, bueno, tres: domina once idiomas, fue capaz de aprender islandés en una semana y ha creado uno nuevo.

Lo que está al alcance de muy, muy, pocos. Se lo puedo asegurar.

X-Men

Si estuviéramos en clave de cine diríamos que son como una nueva raza. Unos superhombres. X-Men, vamos. Pero no. Nada más lejos de la realidad. Sus poderes no van por ahí.

Lo que no significa que el cine no se haya fijado en ellos (al fin y al cabo lo ha hecho con los chicos mutantes del profesor Xavier). Buena prueba de ello es la película que titula esta entrega: Rain man. Seguro que la recuerda.

Pues bien su personaje central, el autista Raymond Babbitt (Dustin Hoffman), está inspirado en Kim Peek y en su habilidad para recordarlo todo. Literalmente todo.

Coprotagonista del film es su hermano Charles (Tom Cruise), quien a cambio de un Buick descapotable, se ve desheredado por su padre, con el que nunca mantuvo buenas relaciones. Cosas de familia. No les cuento más, mejor la ven.

Dos errores de película

En 1988, ‘Rain man’, obtuvo nada menos que cuatro de los ocho Oscar para la que fue nominada. Al parecer, el film produjo en el jurado la misma fascinación que el síndrome había despertado en algunos científicos.

Como sabemos, el impacto en el gran público no les fue a la zaga. Lo que no nos debe sorprender. No en vano se muestra el enorme potencial que nuestro cerebro posee, y que está aún por descubrir. Todo un reto para el siglo XXI, que será el de la Neurobiología.

A pesar de ser un extraordinario film, basado en una habilidad sorprendente y sin fallo, presenta dos errores al menos en lo que respecta a la prodigiosa información que Raymond posee.

Uno de ellos está relacionado con el número de coches del modelo ‘Buick Roadmaster’, que dice se fabricaron en 1949. La escena transcurre así:

Charles: ¿Conoces este auto?
Raymond: Conozco este auto
Charles: ¿Cómo lo conoces?
Raymond: Definitivamente lo conozco. Es un ‘Buick Roadmaster convertible de 1949’. Ocho en línea. Ocho de Fuego. Sólo se produjeron 8 095 ejemplares.

8095 ejemplares cuando, según la propia fábrica, en realidad fueron 8244. Un fallo sin duda. Lo que no les sabría decir es si se trata de un error de documentación del guionista o de memorización del autista.

Tampoco es que importe mucho esta traslación de la vida real al guión cinematográfico.

El otro error se localiza también en una conversación entre los hermanos. “Te voy a contar un pequeño secreto, Ray, ‘Kmart’ es una mierda”. “Sí. ‘Kmart’ se encuentra en el 400 Oak Street de Cincinnati”. Le contesta el autista.

No he estado en Cincinnati pero, según he leído, en esa dirección está el ‘The Forum Grill’. En este caso, el error de un hermano se ve compensado con el acierto del otro, cuando dijo lo que dijo sobre la cadena de supermercados de precios baratos.

Les digo esto porque, desde entonces, ignoro si hay una relación causa-efecto, la multinacional fue de mal en peor y, en los últimos años, ha llegado a presentar suspensión de pago.

Todo un acierto pues que, en este caso, ha viajado del guión cinematográfico a la vida real. Cosas del cine.

martes, 11 de marzo de 2008

Entre Newton y Hooke

"He visto más lejos que otros hombres,
y es porque he estado subido en hombros de gigantes"
Isaac Newton (1643-1727)

Atribuída al genial físico y matemático, está considerada como una muestra de la modestia y humildad del gran científico.

Con ella reconocía la contribución de Nicolás Copérnico (1473-1543), Tycho Brahe (1546-1601), Johannes Kepler (1571-1630), Galileo Galilei (1564-1642), entre otros.

Sin embargo, tanto la atribución como la intencionalidad no parecen estar bien fundadas. Y es que Newton, como hombre, no siempre estuvo a la misma altura que alcanzó como científico.

De la atribución y la intencionalidad
Respecto a la primera, no hay duda. La frase no es suya. Y él lo sabía cuando la incluyó en una carta personal.

Pasatiempos. 05

Se la conoce como la paradoja del oso y la brújula. Dice así:

"Un investigador, provisto de su brújula, sigue la pista de un oso y observa que camina primero un kilómetro al sur, luego otro al este y por último, uno al norte.

Y todo, para terminar en el mismo punto de partida ¿Es posible?

Si es así, ¿de qué color era el oso?".

¿Conocía la respuesta? ¿Quiere una aclaración?

Solución: Sí. Es posible siempre que se encuentre en el Polo Norte. Único lugar del globo terráqueo donde se podría dar una triangulación de ese tipo entre meridianos y paralelos. Y es que, a pesar de algunas evidencias, la Tierra no es plana ¡Ah!, el oso es blanco. Qué si no.

Síndrome del Sabio

En 1789 se publicaba la primera noticia médica acerca de una extraña condición humana. Empezaba casi como una anécdota.

Un médico estadounidense preguntó a su paciente, T. Fuller, que presentaba una severa deficiencia mental: “¿Cuántos segundos ha vivido un hombre que tiene 70 años, 17 días y 12 horas?”. Casi de inmediato, Fuller respondió: 210 500 800.

Sorprendentemente la respuesta era exacta. La noticia fue la primera descripción científica de una extraña condición que sería conocida como el Síndrome del Sabio.

sábado, 1 de marzo de 2008

Pasatiempos. 04

Un barquero navega por un río aguas arriba. Al pasar bajo un puente se le cae una lata de refresco que permanece flotando.

El barquero advierte la pérdida quince minutos (15 min) después y regresa a recogerla. Cuando la alcanza, la botella se encuentra a un kilómetro (1 km) del puente, ¿cuál es la velocidad de las aguas del río?

Se podría decir que es un problema de "aguas relativas".

Solución: Es muy simple si se toma como sistema de referencia (SR) el propio agua del río. En ese caso, la botella permanece junto al SR de modo que, quince minutos de ida y otros tantos de vuelta, para recorrer un kilómetro le confieren al agua del río una velocidad de dos kilómetros a la hora (2 km/h)